En la política actual, los enemigos no necesariamente se muestran de manera directa o frontal. No organizan manifestaciones en plazas ni confrontan abiertamente en medios de comunicación. Son más bien políticos que operan desde las sombras, utilizan las cuotas de poder que les otorga el Estado para maniobrar, presionar y, sobre todo, preparar el terreno para su propia carrera electoral. Ellos son los adversarios ocultos. ¿Quién es el adversario oculto?
La presidenta Dina Boluarte se encuentra en una paradoja política. No tiene partido ni musculo político propio, bancada parlamentaria ni base militante que la defienda en las calles. Y, sin embargo, continúa al mando. ¿Cómo lo hace? Su estabilidad no se sostiene en convicciones políticas o legitimidad popular, sino en una alianza táctica con varias fuerzas políticas que la sostienen y también la utilizan.
Fuerza Popular, Perú Libre, Acción Popular y Alianza para el Progreso conforman este conglomerado que le permite a la mandataria resistir. El precio, claro está, espacios de poder en ministerios y demás favores. No hay lealtad, lo que existe es una calculada oportunidad política.
La conformación de la actual Mesa Directiva del Congreso (2025 – 2026) es una fotografía perfecta de esa alianza táctica: José Jerí (Somos Perú), Fernando Rospigliosi (Fuerza Popular), Waldemar Cerrón (Perú Libre) e Ilich López (Acción Popular). Partidos enfrentados en campaña, pero ahora vuelan juntos. Sin embargo, hay un detalle que no pasa desapercibido: Alianza para el Progreso de César Acuña está ausente. ¿Retiro táctico? ¿Distancia preelectoral?
Tal parece que César Acuña, líder de APP, ha comprendido que mantener distancia al gobierno de Boluarte podría ser conveniente para sus aspiraciones en el 2026. Y, por ahora, mejor dejar que los demás se desgasten o se quemen mientras él construye una narrativa o discurso político de oposición al gobierno central.
Los verdaderos adversarios de Dina Boluarte, entonces, no son los que la critican en los medios ni los que marchan en su contra. Son aquellos que dicen respaldarla mientras se posicionan para el futuro. Usan su gobierno como plataforma electoral, pero no dudarán en dejar caer la guillotina cuando les convenga. Son los que trabajan y atacan por los flancos, los que callan mientras obtienen prebendas, los que golpean sin dar la cara. ¿Quién es el adversario oculto?
Domingo, 27 de julio del 2025
Diario Correo
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