Las campañas electorales ya comenzaron y parece que se convertirán en un desfile de egos, donde cada candidato buscará ganar notoriedad antes que comunicar, y quizás cámaras y micrófonos antes que empatía. Con más de 40 agrupaciones políticas en carrera para las elecciones presidencial del 2026, lo que viene no será debate de ideas programáticas, sino una batalla de protagonismos, en la que muchos pretenden ser escuchados sin tener nada real que decir. ¡El ego y vanidad política!
Phillip Butters, es un conductor de radio y televisión que ha anunciado su intención de postular a la presidencia. Butters representa un estilo irreverente y confrontacional en nuestra política para tener tribuna política. Trabajar durante años ante una cámara o un micrófono no es sinónimo de saber gobernar, y mucho menos de saber escuchar. Su estilo de confrontación, más cercano al monólogo que al diálogo, podría tener audiencia, pero no necesariamente respaldo electoral porque también se necesita musculo político.
En política, como en la vida, hablar solo de uno mismo es la mejor manera de perder atención de nuestro interlocutor. Imaginemos una cita en la que alguien se dedica a presumir de sus logros sin interesarse por la opinión de su acompañante. Lo más probable es que la conversación acabe pronto, y con mal recuerdo. Lo mismo ocurre entre candidatos y ciudadanos: si el político no muestra interés por lo que preocupa a la gente, este simplemente no lo escuchará.
Y es que el gran error de muchos candidatos que suponen que comunicar es solo informar, cuando en realidad comunicar es conectar y convivencia. Es escuchar tanto como hablar, comprender tanto como exponer. En la campaña del 2021, candidatos como Rafael López Aliaga o Hernando de Soto tuvieron fuerte presencia en medios de comunicación, pero fue Pedro Castillo, sin mayor presencia en medios, quien logró conectar con sus electores lo que otros no vieron o despreciaron.
El ego y vanidad política, ese afán por ser aplaudido, genera una distancia innecesaria que aleja al ciudadano. Porque quien solo se escucha a sí mismo, jamás podrá representar a otros. Los electores no buscan superhéroes mediáticos o intelectuales altamente preparados, sino personas dispuestas a hablar menos y escuchar más. ¡El ego y vanidad política!
Domingo, 1 de junio del 2025
Diario Correo
EL voto rebelde desafía a las encuestas
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