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Persiste la intuición política

En todo el Perú, los ciudadanos con mayoría de edad asistirán, en menos de un mes, a las urnas para elegir a alcaldes y gobernadores regionales. No obstante, pareciera que después de la pandemia el mundo cambió una vez más, pero vemos que algunas cosas todavía se mantendrán estáticas. Persiste la intuición política.

Nos enfrentamos a un contexto donde es la percepción, y no la realidad que mueva voluntades en una sociedad. La gente se volvió más horizontal y hoy tiene la posibilidad de opinar sobre política al utilizar su teléfono celular. Los medios de comunicación ya no ponen candidatos, pero sí tienen incidencia en la etapa de gobierno.  

Sin embargo, vemos que la política o la formar de hacer política continua con su lógica de hace cincuenta años. Los políticos gastan miles de soles en sus campañas electorales con pintas, banners, afiches o en cuanto material publicitario les permita hacerse conocidos. ¿Se realiza investigación sobre lo que realmente quieren o necesitan los electores? Muy poco o casi nada.

Es cierto que participar en una campaña electoral es como asistir a un festival donde todos los asistentes pugnan por llamar la atención. No todos logran el objetivo de ganar una elección. Los políticos que pierden desaparecen y nunca mas se les vuelve a ver, olvidan que la política siempre fue un proceso de resistencia cíclica. Los más persistentes continúan y en algún momento les toca ganar.

Lo interesante de esta campaña electoral es que las redes sociales solamente sirven de vitrina informativa de actividades. Barack Obama ganó dos veces la presidencia en Estado Unidos no poque utilizó las redes sociales, sino porque logró movilizar a millones de activistas políticos. La tecnología fue el medio, no el fin de su estrategia electoral.   

En los próximos días, veremos innumerables publicaciones en Facebook o Tik Tok donde los políticos utilizarán todo su ingenio por llamar la atención de los jóvenes. ¿A caso creen que los jóvenes los elegirán por ponerse a bailar música moderna en redes sociales?

Domingo, 04 de setiembre del 2022  

Divide para lograr desconfianza ciudadana

El gobierno del presidente Pedro Castillo tiene uno de los más altos niveles (-69%) en desaprobación de gestión gubernamental a nivel de toda Latinoamérica. Y, ese diferencial negativo que tiene donde siete de cada diez peruanos desaprueban su trabajo es el reflejo de un contexto social dramático para la democracia que deja el terreno fértil para cualquier estallido social a producirse en cualquier momento.

Es cierto que el contexto ordena la política y por ende la convivencia social. Por tal motivo, no es de extrañar que el 55% de limeños (Según Ipsos Perú) estaría dispuesto a emigrar del país y es Estados Unidos el país donde preferentemente desearían tener como destino. Por alguna razón, no es Cuba o Venezuela países donde la mayoría de la gente le gustaría emigrar.

Es decir, es la política con los políticos los que definen u orientan el contexto social donde la valoración ciudadana emite una opinión al decidir quedarse o emigrar de su residencia. El año 2005, al final del gobierno del expresidente Alejandro Toledo, los índices de emigración fueron los más altos, en los últimos treinta años, donde existía un 77% de gente que deseaba salir del país. Fue una circunstancia dramática donde casi solo dos de cada diez peruanos no querían emigrar.

Debido al estado de ánimo de la población o clima social es cuando la gente deja de creer en sus gobernantes. La pérdida de confianza es letal para los políticos y también para la propia política. Esa circunstancia dramática sirve de abono a discursos populistas que incitan enfrentamientos entre buenos y malos; ricos y pobres; entre la costa y la sierra o entre limeños y provincianos.

Con el argumento político de “Divide y reinarás” o la “lucha de clases” en tiempos de redes sociales es lo que utilizó Pedro Castillo para llegar a la presidencia. Sin embargo, nada garantiza que en el futuro se vea líderes políticos que unan pasiones de confianza en lugar de dividir aún más a los peruanos.

Domingo, 28 de agosto del 2022   

Distractores mediáticos

El gobierno del presidente Pedro Castillo navega en una aparente tranquilidad social. Por alguna razón, las movilizaciones que organizaban diferentes colectivos sociales y políticos no lograron alimentar la combustión política que los líderes de oposición esperaban con los brazos abiertos. ¿Por qué la gente no sale a las calles en contra del gobierno?   

Mientras que desde el parlamento la oposición política no logra conseguir el consenso para encontrar una salida democrática a esta crisis política, el gobierno parece que después de un año de gestión ya aprendió a manejar la agenda mediática para distraer a la gente.

En un contexto de permanente antagonismo político entre el gobierno, la oposición y el sistema de medios de comunicación tiene más ventaja para salir al frente quien logra colocar la agenda pública o mediática ante los ojos de la ciudadanía.

Primer acto: La vicepresidenta Dina Boloarte fue obligada a retirarse por el público aficionado a los caballos en el hipódromo de Monterrico. ¿Fue una presencia provocativa? Segundo acto: La imagen de dos policías de seguridad del Estado que se preocuparon por atar los cordones de zapato al presidente Pedro Castillo. ¿En serio fue una acción espontanea o tuvo cierta dosis de intencional política para provocar reacciones? El último acto mediático que producirá conversación en la gente es la liberación de Antauro Humala.

Algunos de estos actos y otros que vendrán sirven para distraer a la población. Si se tiene alguna duda, solo es necesario observar la tendencia de niveles en desaprobación presidencial que publicó recientemente Ipsos Perú. De julio a agosto, la desaprobación del presidente retrocedió de 74% a 69%. Algo sucede con la población que no reacciona tal como la oposición política desearía, y todo lo contrario el gobierno logra entretener a la población.

Domingo, 21 de agosto del 2022     

Primero el sombrero, luego el zapato

Las imágenes tienen mucha más información que las palabras. Sin embargo, no cualquier imagen logra tener el impacto visual que desearían los que enviaron el contenido. Las redes sociales contribuyen a la intencionalidad de pensar que todo lo que se publica tendrá significado en la vida cotidiana de las personas.  

Durante la campaña electoral del 2021, el presidente Pedro Castillo caracterizó su imagen de marca personal al ponerse un sombrero y sostener en la mano un lápiz que fue símbolo partidario de Perú Libre. Hace décadas atrás, a la política se la podía oír a través de los discursos en plazas o entrevistas radiales; en tiempos de redes sociales a la política se la observa a pocos centímetros de nuestra vista al observar en nuestro teléfono móvil.

Ya en la etapa de gobierno, el presidente Castillo continuó con la costumbre de tener el sombrero puesto. Y, con el transcurrir de los meses de gobierno, algunos periodistas señalaban en tono irónico la interrogante de saber en qué momento se retiraba el sombrero. ¿Quizás solo se quitaba el sombrero para dormir?

Poco tiempo después, el presidente dejó de utilizar el sombrero cajamarquino. Es posible que la tendencia negativa en desaprobación presidencial obligó a dejar el sombrero. Nada de ese acto cambió la tendencia de rechazo a su gobierno. ¿No sirvió de nada quitarse el sombrero?

La otra imagen que impactó en redes sociales fue ver a Pedro Castillo cuando dos miembros de la Policía Nacional, que trabajan en Seguridad del Estado, ataron los cordones de sus zapatos. Desde Palacio de Gobierno no tardaron en explicar que el maestro chotano sufría de lumbalgia y que el acto fue voluntario.

Lo importante de las imágenes es que puedan adquirir vida propia (memes) en redes sociales. El ser humano, en su vida diaria, está expuesto a recibir miles de informaciones y solamente recordará lo que significa algo para su vida cotidiana de un tema que le guste o disguste.

Domingo, 14 de agosto del 2022