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Divide y reinarás

El gobierno del presidente Pedro Castillo tiene uno de los más altos niveles (-69%) en desaprobación de gestión gubernamental a nivel de toda Latinoamérica. Y, ese diferencial negativo que tiene donde siete de cada diez peruanos desaprueban su trabajo es el reflejo de un contexto social dramático para la democracia que deja el terreno fértil para cualquier estallido social a producirse en cualquier momento. ¡Divide y reinarás!

Es cierto que el contexto ordena la política y por ende la convivencia social. Por tal motivo, no es de extrañar que el 55% de limeños (Según Ipsos Perú) estaría dispuesto a emigrar del país y es Estados Unidos el país donde preferentemente desearían tener como destino. Por alguna razón, no es Cuba o Venezuela países donde la mayoría de la gente le gustaría emigrar.

Es decir, es la política con los políticos los que definen u orientan el contexto social donde la valoración ciudadana emite una opinión al decidir quedarse o emigrar de su residencia. El año 2005, al final del gobierno del expresidente Alejandro Toledo, los índices de emigración fueron los más altos, en los últimos treinta años, donde existía un 77% de gente que deseaba salir del país. Fue una circunstancia dramática donde casi solo dos de cada diez peruanos no querían emigrar.

Debido al estado de ánimo de la población o clima social es cuando la gente deja de creer en sus gobernantes. La pérdida de confianza es letal para los políticos y también para la propia política. Esa circunstancia dramática sirve de abono a discursos populistas que incitan enfrentamientos entre buenos y malos; ricos y pobres; entre la costa y la sierra o entre limeños y provincianos.

“Divide y reinarás” o la “lucha de clases” en tiempos de redes sociales es lo que utilizó Pedro Castillo para llegar a la presidencia. Sin embargo, nada garantiza que en el futuro se vea líderes políticos que unan pasiones de confianza en lugar de dividir aún más a los peruanos.

Domingo, 28 de agosto del 2022   

Distractores mediáticos

El gobierno del presidente Pedro Castillo navega en una aparente tranquilidad social. Por alguna razón, las movilizaciones que organizaban diferentes colectivos sociales y políticos no lograron alimentar la combustión política que los líderes de oposición esperaban con los brazos abiertos. ¿Por qué la gente no sale a las calles en contra del gobierno?   

Mientras que desde el parlamento la oposición política no logra conseguir el consenso para encontrar una salida democrática a esta crisis política, el gobierno parece que después de un año de gestión ya aprendió a manejar la agenda mediática para distraer a la gente.

En un contexto de permanente antagonismo político entre el gobierno, la oposición y el sistema de medios de comunicación tiene más ventaja para salir al frente quien logra colocar la agenda pública o mediática ante los ojos de la ciudadanía.

Primer acto: La vicepresidenta Dina Boloarte fue obligada a retirarse por el público aficionado a los caballos en el hipódromo de Monterrico. ¿Fue una presencia provocativa? Segundo acto: La imagen de dos policías de seguridad del Estado que se preocuparon por atar los cordones de zapato al presidente Pedro Castillo. ¿En serio fue una acción espontanea o tuvo cierta dosis de intencional política para provocar reacciones? El último acto mediático que producirá conversación en la gente es la liberación de Antauro Humala.

Algunos de estos actos y otros que vendrán sirven para distraer a la población. Si se tiene alguna duda, solo es necesario observar la tendencia de niveles en desaprobación presidencial que publicó recientemente Ipsos Perú. De julio a agosto, la desaprobación del presidente retrocedió de 74% a 69%. Algo sucede con la población que no reacciona tal como la oposición política desearía, y todo lo contrario el gobierno logra entretener a la población.

Domingo, 21 de agosto del 2022     

Primero el sombrero, luego el zapato

Las imágenes tienen mucha más información que las palabras. Sin embargo, no cualquier imagen logra tener el impacto visual que desearían los que enviaron el contenido. Las redes sociales contribuyen a la intencionalidad de pensar que todo lo que se publica tendrá significado en la vida cotidiana de las personas.  

Durante la campaña electoral del 2021, el presidente Pedro Castillo caracterizó su imagen de marca personal al ponerse un sombrero y sostener en la mano un lápiz que fue símbolo partidario de Perú Libre. Hace décadas atrás, a la política se la podía oír a través de los discursos en plazas o entrevistas radiales; en tiempos de redes sociales a la política se la observa a pocos centímetros de nuestra vista al observar en nuestro teléfono móvil.

Ya en la etapa de gobierno, el presidente Castillo continuó con la costumbre de tener el sombrero puesto. Y, con el transcurrir de los meses de gobierno, algunos periodistas señalaban en tono irónico la interrogante de saber en qué momento se retiraba el sombrero. ¿Quizás solo se quitaba el sombrero para dormir?

Poco tiempo después, el presidente dejó de utilizar el sombrero cajamarquino. Es posible que la tendencia negativa en desaprobación presidencial obligó a dejar el sombrero. Nada de ese acto cambió la tendencia de rechazo a su gobierno. ¿No sirvió de nada quitarse el sombrero?

La otra imagen que impactó en redes sociales fue ver a Pedro Castillo cuando dos miembros de la Policía Nacional, que trabajan en Seguridad del Estado, ataron los cordones de sus zapatos. Desde Palacio de Gobierno no tardaron en explicar que el maestro chotano sufría de lumbalgia y que el acto fue voluntario.

Lo importante de las imágenes es que puedan adquirir vida propia (memes) en redes sociales. El ser humano, en su vida diaria, está expuesto a recibir miles de informaciones y solamente recordará lo que significa algo para su vida cotidiana de un tema que le guste o disguste.

Domingo, 14 de agosto del 2022

El naufragio político

Para la clasificación al mundial de Rusia 2018, es muy probable que el entonces entrenador de la selección peruana de fútbol, Ricardo Gareca, decidiera no convocar a jugadores que ya no estaban en buen nivel competitivo como fue el caso de Claudio Pizarro o Juan Manuel Vargas entre otros. Claro que todos los exfutbolistas eran muy queridos por la afición peruana. Sin embargo, se requería tener cabeza fría y necesidad de conformar un buen equipo para lograr la ansiada clasificación mundialista y se logró.

Por estas semanas, la selección peruana de fútbol tiene un nuevo entrenador. El nuevo director técnico es Juan Reynoso quien llamó la atención, durante su presentación oficial, al comentar que su antecesor había logrado algo muy importante como fue la conformación de un buen equipo humano. ¡Exacto! El talento humano define triunfos y derrotas en cualquier circunstancia de la vida.

Si prestamos atención a lo que sucede en la política nacional veremos que las circunstancias no son tan ajenas o distantes a lo que ocurre en el futbol. Es decir, el presidente Pedro Castillo acaba de juramentar a seis nuevos ministros. Y, como se recuerda, en lo que va de su mandato ya juramentaron más de 60 ministros en un año de gobierno.

¿Qué sucede en la política peruana? Albert Einstein sostenía que, si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Entonces, si se pretende tener mejores resultados, en el plano político, las acciones políticas deberían hacerse de manera diferente. El gobierno del presidente Castillo parece empecinarse en continuar con la misma forma de hacer política.  

En ese sentido, como pretende el gobierno de Pedro Castillo tener resultados diferentes si continúa con la mayoría de los mismos ministros e incluso no aceptó la renuncia del primer ministro Aníbal Torres. Las pulsaciones de la gente son claras. Pedro Castillo tiene 74% y Aníbal Torres 69% en desaprobación donde 7 de cada 10 personas los rechaza respectivamente. ¡Con los mismos jugadores vamos a un naufragio político!

Domingo, 07 de agosto del 2022