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Mensaje del parlamento peruano

El presidente Pedro Castillo se presentó ante el parlamento, después de un año de mandato, para dar cuenta sobre su gestión como gobernante tal como establece la Constitución Política del Perú. Sin embargo, tras un año en el poder los resultados no lo acompañan, por lo menos, en términos económicos y políticos ante una abrumadora percepción negativa de la opinión pública.  

Antes, durante y después de la presentación de Pedro Castillo y ante la mirada atenta de solo algunos Congresistas que respaldan al oficialismo en la gradería parlamentaria, diferentes políticos, periodistas y la propia opinión de la ciudadanía se preguntaron qué novedades traería consigo el discurso presidencial. ¿Presentaría su renuncia al cargo? ¿Se anunciaría adelanto de elecciones? Nada de eso ocurrió.

Para el mandatario peruano debió ser una experiencia incomoda el hecho de presentarse ante un parlamento hostil y altamente fragmentado que en dos ocasiones solicitó la vacancia presidencial en menos de un año. Y, probablemente, dentro de pocas semanas ingresará una tercera solicitud de vacancia y una vez más la atención ciudadana se centrará en los titulares de prensa.

Si el presidente Pedro Castillo navega en un naufragio político con más del 70% en desaprobación, el parlamento en su conjunto tiene un peor nivel en descredito político (79%). Es decir, todo lo que toca ambos poderes del Estado tendrá un impacto de rechazo en la población.

Entonces, si el gobierno y el parlamento van de la mano en dirección a un túnel sin salida donde ambos necesitan por conveniencia política quedarse y compartir el poder. En sociedades democráticas tan débiles como es el caso de Perú, los políticos subestiman a la opinión pública y creen que todo lo que hacen o dejan de hacer tendrá impacto positivo. Los parlamentarios tendrán mucha responsabilidad en las próximas semanas o meses. ¿Cuál será el mensaje que se envía desde el parlamento?

Domingo, 31 de julio del 2022

El ataque político en Perú

“Romántico sí, pero niño no”. Con esa expresión directa al blanco respondió el exministro Mariano González al Congresista Elvis Vergara, de las filas de Acción Popular, durante el interrogatorio de la Comisión de Fiscalización del Congreso.

Mariano González más conocido como el ministro del amor, respondía certeramente a un provocador ataque emocional durante el interrogatorio en el parlamento peruano. Y, muy al margen de las acusaciones en contra de gobierno de Pedro Castillo que realizó el exministro del Interior, el titular de prensa que más quedó remarcado fue, “Romántico sí, niño no”. Toda una respuesta a las acusaciones de corrupción de algunos parlamentarios.

Sin embargo, en la política peruana es muy frecuente observar diferentes ataques entre adversarios políticos. Algunos furibundos ataques tienen necesariamente el pintoresco componente de la ironía política.

Ahora bien, ¿sirve de algo atacar verbalmente a un adversario? ¿Es conveniente atacar durante una campaña electoral o en la etapa de gobierno? Puede resultar favorable, durante una etapa electoral, si es que se logrará conseguir más votantes a consecuencia del ataque. Es decir, aún si el ataque es certero sólo podría servir para llenar de egos emocionales y entusiasmar a simpatizantes. No para ganar una elección.

Y durante la etapa que corresponde gobernar, muchos políticos tienen la fastuosidad política de atacar constantemente a todo adversario que se le cruce en su camino e incluso a periodistas que no simpatizan con sus ideas. Y vuelve el tema. ¿Servirá de algo la embestida política? Claro que sí, siempre que se logre conseguir más adeptos o aceptación popular.

El gobierno de Pedro Castillo tiene a Aníbal Torres como Primer Ministro quien tiene un interesante esgrima verbal que cumple el rol de autodestrucción de confianza y credibilidad ante la opinión pública. ¿Servirá de algo el ataque político del gobierno?

Domingo, 24 de julio del 2022

Motivaciones para el desencanto político

Tal como sucede con las campañas electorales, las motivaciones de la población para elegir o no a un candidato varían entre percepciones intangibles y tangibles. Una vez que se logró la victoria política, después de un proceso electoral, la ciudadanía comenzará a reclamar lo prometido y se impacientará al no obtener resultados concretos. Y, como el contexto ordena la política y a la comunicación se da paso al inicio del fin de la carrera política de los gobernantes.

El gobierno del presidente Pedro Castillo volvió a incrementar su nivel en desaprobación que llegó a ubicarse en 74% a nivel nacional según la última publicación de la encuestadora IPSOS. ¿Qué acciones políticas se produjeron para que una vez más se incremente el rechazo al gobierno? Sin duda, en la dimensión tangible se encuentra la inflación económica que no se logró contener. Y, a nivel del plano intangible se encuentra las innumerables acusaciones de corrupción que salpica a la propia familia presidencial.

En abril, se llegó el pico máximo en desaprobación presidencial que alcanzó el 76%. Es decir, el gobierno central comenzó a desarrollar como táctica política y de comunicación a descentralizar las sesiones de la Presidencia del Consejo de Ministros. ¿La táctica política tuvo algún efecto? Creo que sí. Es muy probable que esas acciones de intento de comunicación directa para tener cercanía contuvieron de alguna manera la tendencia negativa.

Sin embargo, cuando la política o gestión política (gestión pública) no logra tener coherencia entre el ser, hacer y decir es cuando comienza el inicio del fin de la carrera política de cualquier gobernante. ¿Lo dudan? A caso Palacio de Gobierno no se volvió en antesala del paso por el Poder Judicial y luego la cárcel. Y ni que decir de numerosos exgobernadores regionales y exalcaldes que se encuentran en prisión o tienen actualmente procesos judiciales por corrupción de funcionarios.

Domingo, 17 de julio del 2022

Sensualidad política desde Palacio de Gobierno

Ganar una elección popular lleva consigo una enorme responsabilidad, especialmente por la necesidad de cumplir con gran parte de lo que se promete durante la campaña electoral, y sobre todo, para gobernar con una visión general y no solamente para quienes pertenecen al partido de gobierno.

Sin embargo, adquirir el poder para gobernar también conlleva tentaciones con diferentes características que en muchas ocasiones son imposibles de contener por los seres humanos que rodean a los que ganaron una elección. Muy cerca al poder político se encuentran los familiares en primera línea como son los esposos, hijos, hermanos, sobrinos y luego están las amistades de ocasión que aparecieron durante la campaña electoral.

Lo que sucede al presidente Pedro Castillo es propio de la naturaleza humana y la sensualidad de poder político que los convoca. El hecho de que la hermana de la esposa del presidente Castillo se presente para prometer la ejecución de obras es una muestra de cómo operan los atajos burocráticos a costa de la influencia política para realizar proyectos de inversión pública al interior del país.

Las extrañas circunstancias del relativo éxito empresarial de la hermana de la esposa del presidente no es exclusividad de la pareja presidencial. En los gobiernos regionales y municipales, en todo el Perú, también hubo y hay familiares de gobernantes que cedieron a la tentación del poder político y hoy pagan las consecuencias de su osadía al afrontar largos procesos penales por corrupción de funcionarios.

El caso de aprovechamiento político para beneficio propio de los que rodean a políticos que ganan una elección como lo que ocurre a Pedro Castillo no será la última evidencia de corrupción de funcionarios. Sin embargo, mientras los gobernantes no reparen en tener cuidado al dar la mano a familiares o personajes que se acercan a la hora de gobernar siempre habrá la posibilidad de tentación de ceder ante la sensualidad del poder político.

Domingo, 10 de julio del 2022