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No se arriesgue ingresar a política

Por la semana que pasó, es inevitable hablar del caso de la sentencia impuesta al periodista Cristhian Acosta, autor del libro “Plata como cancha”. El libro que tal parece ya se convertirá un “bestseller” por el incremento en su número de ventas recrea los entretelones de la vida pública de César Acuña el fundador del partido político Alianza para el Progreso.

El politólogo argentino, Mario Riorda, dijo alguna vez: «No sé si en Perú es muy buena la justicia o extremadamente mala la política». Esta declaración realizó refiriéndose al momento peruano sobre las múltiples acusaciones de corrupción del caso Odebrecht y que terminó por implicar a números políticos, periodistas y empresarios de construcción.

El sistema de justicia, en Perú, siempre buscó protagonismo en la opinión pública por lo controversial que resultaron sus fallos. Empero, en todo sistema de justicia siempre o es inevitable algún tipo de injerencia política, lo fue con Haya de la Torre en su encierro en la embajada de Colombia por más de cinco años y que incluso ese fallo tuvo que revisarse en cortes internacionales.

En este nuevo episodio político-judicial que recrea el fastidio de un político porque no le gusta lo que se publicó sobre su vida en el libro plata como cancha. Al respecto, todo ciudadano que anhela o desea participar en política debe tener muy claro que desde el momento en que decidió ingresar a ese tenebroso terreno (más en el caso peruano) su vida tendrá un cambio radical.

La vida de los políticos ya no pertenecerá a la esfera privada de su entorno porque al ocupar un cargo público tendrán una exposición (generalmente mediática) veinte cuatro horas al día y los trecientos sesenta y cinco días al año. Si a pesar de todo lo expuesto que tendrá su vida y deciden ingresar a la política, pues en ese caso háganlo.

Sin embargo, si no les gusta la idea de que algún periodista o cualquier ciudadano ventile en público algún incidente de su vida pasada, pues en ese caso no se arriesgue y no ingrese a donde no le llamaron.

Domingo, 16 de enero del 2022

¿Para qué sirve la política?

Hace unos días, un amigo personal que decidió incursionar en política se comunicó conmigo para pedirme algunos alcances sobre su posible postulación a un cargo púbico como alcalde. Luego de una respuesta inquietante le pregunté sobre el porqué de su real interés por ingresar a la política. ¿Para qué le puede servir la política? ¡Nunca pudo responder con claridad!

La mayor cantidad de ciudadanos que deciden ingresar a política, en el caso peruano, no tienen claro el terreno pantanoso que recorrerán. Es más, muchos de los políticos ingresan para solucionar sus problemas económicos. Aunque esa aventura suele ser peligrosa porque en muchos casos los conduce a la prisión.

Tener una carrera política o ingresar a ella es muy difícil poque prácticamente es un trabajo a tiempo completo donde según los resultados la población sabrá simpatizar o no. Pareciera que la población consume a los políticos, como una suerte de producto comestible y, que una vez saciado el apetito desecha la envoltura y jamás vuelve a reutilizarlos. ¡Claro que hay excepciones! ¡Nada está escrito en piedra!

En estos tiempos, donde los políticos se perciben como altamente desprestigiados parece que con tan solo pensar en ingresar a algún tipo de actividad política es como atreverse a cruzar la delgada línea entre el bien y el mal, entre la de decencia y la indecencia, entre el egoísmo y la voluntad de servir al prójimo. Al ostentar el poder, los políticos se transforman, abandonan sus ideales y promesas de campaña. La realidad golpea sus mejillas ya después que abandonan el cargo y ya no hay presencia de ayayeros. ¡Quizás el poder ciego a los hombres cuando Dios los quiere perder!

Todo lo bueno que prometió la política se desvanece en cada proceso electoral. Las promesas se volvieron mentiras, la honradez se convirtió en latrocinios disfrazados de trámite burocrático para guardar apariencias legales. Finalmente, ¿para qué sirve la política? Para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. No para que se convierta en solución económica de los políticos.

Domingo, 09 de enero del 2022

Momento para retirarse de la política

El presidente, Pedro Castillo, pudo sortear embates políticos desde que juró al cargo desde julio a diciembre del 2021. Tiene al frente un bloque de oposición política dispuesta a no pasar por alto ningún error. También tiene al sistema de medios de comunicación con su  propia agenda. Nos guste o no, al amparo de la libertad de expresión y vivir en democracia se convierte en una condición. Pero sobre todo tiene que cumplir con la expectativa de la población que confió en él o tendrá que tener las maletas listas para retirarse.

En tanto, la economía peruana todavía se mantiene en incertidumbre internacional y desde luego impacta en la vida diaria. El gobierno está obligado a generar un clima de estabilidad económica para atraer inversiones ya que la mayor fuente de empleo en el Perú es el sector privado. La grande y pequeña inversión no llegará cuando existe incertidumbre política.

Por otro lado, este año se llevará a cabo el proceso electoral para elegir a alcaldes y gobernadores. Será una compaña complicada porque de izquierdas a derechas la desconfianza ciudadana es cada vez mayor.

Actualmente, hay varios gobernadores regionales, exalcaldes y acaldes en prisión o con procesos judiciales. En la región Junín, tres anteriores gobernadores (Vladimiro Huaroc, Vladimir Cerrón y  Ángel Unchupaico) tienen procesos penales. Incluso, el actual Gobernador Regional, Fernando Orihuela tiene procesos abiertos con la justicia.

Sin embargo, tenemos a una ciudadanía que desconfía de los políticos. Y, la insensatez de algunos políticos acusados de corrupción por volver a postular a un cargo público. Olvidan que hay momentos en la vida política que es mejor retirarse.

La ciudadana espera de los políticos cierta dosis de desprendimiento personal para retirarse de la actividad política, y no ver una suerte de mercado persa donde todo se compra y se vende al mejor postor.

Domingo, 02 de enero del 2021

Tiempo de reflexión política

El 25 de diciembre, se festeja la navidad en casi todo el mundo porque es una fecha de unión familiar donde las muestras de gratitud y ternura se hacen más visibles con las personas que amamos. Los seres humanos necesitamos querer a alguien y amar a los que nos aman.

La vida no es fácil, nunca lo fue. Pero cualquier pesar es mucho más llevadero cuando aprendemos a dar y recibir amor. El odio, que también es una forma de expresión emocional ciega a los hombres cuando Dios los quiere perder. El odio envejece, el odio corroe nuestro sentido de supervivencia humana. El amor es todo lo contrario.

Los hombres somos seres políticos por naturaleza. Si se siembra odio en la política, que no se espere cosechar algún futo de amor. La política impacta en nuestra vida diaria y es por eso que los políticos, en momentos como los festejos de navidad y fin de año, deberían tomarse una pausa en su trabajo para reflexionar sobre la actitud que deciden tomar en el pantanoso terreno que es la política, pero hasta en el pantano más tenebroso existe una flor.

Es cierto que las decisiones que toman los políticos son muy difíciles de concretar. Muchas de esas determinaciones tienen diferentes motivaciones (ideológico, económico e incluso corrupción), pero tienen un impacto directo en la vida de las personas; Es en esa dimensión emocional es donde los políticos deberían buscar equilibrio en sus decisiones para tener el propósito común de elevar la calidad de vida de las personas para construir confianza ciudadana.

Después de los festejos de fin de año, seguramente la política con los políticos volverá a su cauce habitual. El encono y la diatriba de uno y otro bando volverá a las salas de redacción de los medios de comunicación. Y la verdad, sin tolerancia y poca convivencia pacífica imposibilita la construcción de consensos políticos mínimos que permitan pensar en un Perú diferente con menos odio y más amor fraternal.