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¡El Quinto, no matar!

En mayo de 1923, Víctor Raúl Haya de la Torre pronunció un memorable discurso con la frase «el quinto no matar» frente a los cuerpos inertes de Salomón Ponce (obrero) y Manuel Alarcón Vidalón (estudiante) ambos muertos durante las protestas contra la consagración del Perú al Corazón de Jesús.

Todas estas jornadas fueron durante el régimen de Augusto B. Leguía y que dieron origen al surgimiento de partidos políticos como el APRA. Desde mayo del 2023 hasta nuestros días, sin duda cabe, hubo miles de muertos a causa de violencia política, entre ellas la amenaza terrorista de Sendero Luminoso.

Hace unos días, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó un informe sobre la crisis política y social que sucedió en Perú. El documento comprende sucesos ocurridos entre el 7 de diciembre, cuando el expresidente Pedro Castillo intento dar un golpe de Estado, y el 23 de enero donde asumió el gobierno Dina Boluarte.

Según el informe, 56 peruanos perdieron la vida, ocho adolescentes y un policía. Lo particular del informe es que se deja el argumento que, por lo hechos sucedidos, podrían constituir ejecuciones extrajudiciales, que deberían ser investigados por fiscalías especializadas en derechos humanos.

¿Qué lección nos deja el foco internacional del informe? El Perú, no es una isla en el mundo. Los países no viven aislados del contexto internacional. Por mas que el informe no guste a algunos sectores políticos, lo cierto es que ninguna muerte política debería ser normalizada.

En estos momentos, la aparente tranquilidad política que viven los peruanos seguramente se verá las consecuencias en los próximos meses y años. Y por lo visto, la presidenta Dina Boluate no será la excepción en la lista de expresidentes que desfilan por los pasillos del Poder Judicial. Dudo mucho que saldrá librada, ya que no tendrá bancada política que la defienda en los próximos parlamentos y peor aún, que siete de cada diez peruanos la rechazan.

Domingo, 07 de mayo del 2023

En busca de identidad política

Algunos políticos cambian constantemente de partidos o movimientos como si se tratara de cambiar camisetas para un encuentro deportivo. En cada proceso electoral aparecen con un nuevo ropaje o nueva envoltura política. Lo más característico en el análisis que realizan los políticos, es que prima su vanidad y apetito personal de conquistar cierto tipo de poder como alcaldes, gobernadores y congresistas.

El triunfo electoral tiene varias variables o factores de éxito, sin duda, una de ellas es el reconocimiento personal que tiene candidato. El otro factor que es muy importante es el arrastre electoral que a veces lleva al triunfo a más de un desconocido. Sin embargo, entregar la suerte política al factor arrastre es temerario.     

¿Es importante la identidad política? Claro que sí. Los políticos lejos de preocuparse por forjar su propia identidad política buscan tempranamente o a veces desesperadamente el reacomodo político. La ingenuidad política marca el destino de aquellos personajes que pierden elecciones.   

Al analizar porque muchos políticos no logran ganar una elección después de varios intentos, se evidencia que una de las causas es el cambio de camiseta política en cada elección. La gente tiene muchas preocupaciones en su vida diaria como para estar pendiente de lo que hacen o dejan de hacer los políticos. ¿Ustedes imaginan dónde terminaría un modelo de auto que cambia de marca en cada temporada de ventas?

La identidad política es un concepto que se refiere a la forma en que las personas se identifican con ciertos grupos políticos sea de izquierdas, centros o derechas. La crisis de los partidos políticos en Perú se ha vuelto cada vez más evidente en los últimos años, especialmente después de las últimas elecciones presidenciales en las que la población mostró un rechazo evidente a ciertos partidos políticos.

La corrupción, la falta de transparencia y la falta de liderazgo han erosionado la confianza ciudadana que terminan por elegir la novedad, en cada elección, que no siempre resulta ser la mejor.

Domingo, 30 de abril del 2023

Alejandro Toledo en desgracia política

«La vida es sueño» de Calderón de la Barca es una obra que nos da como mensaje que la vida es efímera y que todo lo que nos rodea es una ilusión. “…Una sombra, una ficción que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”, expresaba desde un mitin el expresidente Alan García en enero del 2001. Alan García, acaba de cumplir cuatro años de su desaparición de este mundo.

Sobre la vida y el destino político, se trata de algo que también puede aplicarse a la política y, sobre todo, a los políticos. Un ejemplo concreto es el de Alejandro Toledo, quien se acaba de entregar ante la justicia de Estados Unidos como parte del trámite de extradición a Perú. El expresidente es acusado de haber recibido 35 millones de dólares de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y aguardará varios años de cárcel.

En la obra de Calderón de la Barca, el personaje principal, Segismundo, vive encarcelado por su padre, el rey Basilio, por temor a que se convierta en un personaje cruel. Sin duda, no se equivocó, apenas salió liberado, Segismundo, saca su personalidad que tenía muy bien guardada. ¿A caso el poder político lo transformó?

De la misma manera, los políticos a menudo se aferran al poder y pierden perspectiva de la realidad. ¿Lo dudan? En qué situación se encuentra Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, PPK, Martín Vizcarra y Pedro Castillo. Algunos de ellos se aferraron al poder efímero y quedaron atrapados por la ilusión de sus propios intereses.  

Del mismo modo que Segismundo comprendió que el poder es efímero y que debió gobernar con prudencia. Hoy en día, los políticos también deben recordar que su poder es temporal y que deben gobernar con responsabilidad y no ceder a la tentación de volver a la arena movediza de la política.

La política a menudo se convierte en un remolino o huracán que envuelve a los políticos y luego los arroja a cualquier lugar. Algunos caen bien parados, la mayoría o casi todos terminan en desgracia política. Tras el paso del huracán político, las familias son destruidas y muchas de ellas nunca consiguen superar lo que afectó a sus vidas.

Domingo, 23 de abril del 2023

Convivencia o conveniencia política  

¿Puede un presidente gobernar un país con más del 70% de rechazo? Parece que sí. El misterioso caso peruano parece ser evidencia política que es posible llevar un gobierno en contra de la opinión pública. El problema será después, no ahora. La pérdida de credibilidad política será una de las consecuencias.

Cuando algún personaje decide hacer política tiene que comprender que ingresa a una suerte de navegación en el imaginario de las percepciones de la ciudadanía. Los medios de comunicación juegan un rol protagónico, el problema es cuando los actores de gobierno logran acuerdos de convivencia social o política.

Los medios de comunicación tienen que hacer su trabajo de visibilizar aquello que se esconde debajo de la alfombra. Si los medios de comunicación claudican al rol de informar de manera independiente, producen un daño irreversible a cualquier sociedad. Claro que los méritos políticos de la actual presidenta Dina Boluarte no son credenciales para vislumbrar un futuro de reconexión social. La mandataria peruana no tiene un partido que la respalde, tampoco tiene una bancada parlamentaria que la fortalezca en sus decisiones políticas.

¿Cómo logra sostenerse políticamente? No es un tema de  suerte, tampoco se trata de gran estrategia política. Lo que existe es un acuerdo político con algunos partidos políticos en el parlamento. Y desde luego, los medios de comunicación tampoco la ven con tanto espanto como a Pedro Castillo. ¿Se trata de convivencia o conveniencia política?

La presidenta Dina Boluarte ha enfrentado muchas críticas desde el inicio de su mandato, y parece que su impopularidad continua por encima del 70% de rechazo. Ella prefirió quedarse en el poder en contra de lo que opina la gente.

Prefirió tomar un atajo circunstancial para llegar a Palacio de Gobierno. Y, hoy, siete de cada diez personas la rechazan. Prefirió el boleto en avión a Palacio en lugar de esperar su turno que la legitimen políticamente. El problema para Dina Boluarte será después cuando la derecha ya no la necesite. El gobierno también debe construir consensos políticos con otros sectores, que la ayuden a mejorar niveles de legitimidad política. Pero cómo  lograr acuerdos con un ambiente cada vez más polarizado, ¿Cómo podrá lograrlo cuando sus niveles de aprobación son tan bajos?

Domingo, 16 de abril del 2023