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Desde Huancayo el hartazgo social

Si el presidente Pedro Castillo creía que los dirigentes que convocaron a miles de manifestantes para movilizarse en los seis días de paralización, en Huancayo y otras provincias de la región Junín, obtuvieron algún pago a cambio de su activismo social, realmente debe estar muy alejado de la realidad para comprender lo que viven millones de peruanos con el incremento del costo de vida.

Con las movilizaciones producidas, en la provincia de Huancayo, como epicentro de crisis política se demuestra una vez más que al gobierno central no le interesa afrontar en resolver oportunamente los problemas que aquejan a la población. Todo lo contrario, es un gobierno cuya característica principal es de crisis propensa.

Y, claro, con los altos niveles en desaprobación que tiene el gobierno, cualquier tema que aparezca será motivo para ingresar a una nueva situación de crisis.

Quizás para dirigentes del partido de gobierno de Perú Libre, los escándalos de corrupción que se produjeron en gestiones que ellos ganaron en los sonados casos de los “Dinámicos” y “Tiranos” pasarían inadvertidos por la población. Nada de eso sucedió.

Es decir, son temas que aún están presentes en la colectividad y seguramente entrarán a recuerdo en el siguiente proceso electoral. Por ahora, la causa principal o detonante de las movilizaciones sociales es el incremento del precio de combustibles para los transportistas y fertilizantes para los agricultores.

Mientras el gobierno central actúa como si no existiera o minimiza la crisis, los huancaínos demostraron que tienen coraje para salir a las calles cuantas veces sea necesario y pedir ser escuchados. La combustión social es latente, no solamente en Huancayo, sino que puede ser a nivel nacional. Los peruanos atraviesan por un “hartazgo social” que deja el terreno fértil para un estallido mayor si es que no se atiende oportunamente los reclamos de la gente.

Domingo, 03 de abril del 2022

Si caes tú, nos vamos contigo

Difícil situación por lo que atravesará la política peruana en los próximos días. El presidente Pedro Castillo tendrá que asistir, este lunes 28 de marzo, al parlamento para responder por la moción de vacancia presentada en su contra. Si bien, por ahora, las acusaciones que existen en su contra son de carácter político con olor a corrupción, pero el contexto y escenario es eminentemente político. ¿Si el ataque es político, la respuesta debería ser por ese camino?

Mientras la inflación económica hace su trabajo en la calle con el incremento del precio de los alimentos, al gobierno del presidente Castillo le respira en la nuca los altos niveles en desaprobación (66% de negativos según Ipsos para marzo). No obstante, el Congreso peruano como institución también tiene bajos o peores niveles de aprobación por la población. ¿Será que se agudizan las contradicciones para la caída del gobierno que prometió cambio? Lo sabremos este lunes.

¿Es posible avizorar escenarios políticos positivos ante una eventual vacancia presidencial? Es muy difícil. La política peruana es muy complicada y de alto contenido incendiario que la chispa que prende el incendio aparece en distintas direcciones. Es decir, la crisis política que aqueja a los peruanos no se solucionará en el corto plazo. De hecho, tomará su tiempo, porque es muy complicado llegar a consensos cuando muchos políticos descubren la política en una campaña electoral o cuando ocupan un cargo público. Y, por creer que son dueños de la verdad ya que con sus decisiones llegarán a la tierra prometida.

Si los parlamentarios deciden vacar al presidente Castillo; deberán estar preparados y dispuestos a acompañar en ese viaje sin retorno al maestro de Chota. Si no lo hacen, la población comprenderá ambición de poder y no tardará en salir a las calles para pedir que se vayan todos. Es decir, nuestros Congresistas deberían ponderar: ¡Si caes tú, nos vamos contigo!

Domingo, 27 de marzo del 2022

El desprecio y el odio político

¿Cómo evitar el desprecio y el odio? Se preguntaba, en 1513, Nicolás Maquiavelo cuando escribió “El príncipe”. Maquiavelo sostenía que un gobernante debería evitar de todas formas el ser odiado o despreciado por sus súbditos. Es decir, que al mantener en descontento o rechazo al pueblo deja abierta la posibilidad para la conspiración interna y cuya única posibilidad es liberar a los ciudadanos de la tiranía del gobernante.

¿Por qué tanto odio político genera Alberto Fujimori? El gobierno de Fujimori fue de corte autoritario que desprestigió instituciones públicas. La corrupción y manipulación mediática fue estandarte político. Sin embargo, su estilo de gobierno dejó sentada las bases para que el país se sostenga a través de una economía social de mercado donde el Estado dejaba su rol subsidiario y de intromisión que se mantiene hasta la actualidad.

Por otro lado, también dejó marcada una huella asistencialista en un sector de la población que le permitió al fujimorismo, como colectivo político, tener continuidad política. En nuestra sociedad, a los gobernantes se les recuerda por la trascendencia de sus decisiones entre aciertos y errores, pero sobre todo, por sus delitos.

Keiko la hija de Alberto Fujimori postuló a la presidencia de la República, pero perdió en tres ocasiones. El legado político del fujimorismo se mantiene muy a pesar que perdieron frente a Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y Pedro Castillo.

El fallo del Tribunal Constitucional que declara la posibilidad para que Alberto Fujimori quede en libertad provoca pasiones entre los que lo odian y los que desprecian. Sin embargo, me parece que su liberación marcará una línea entre el presente y el pasado. Los peruanos tienen sus propias preocupaciones diarias y no creo que la discusión sobre la liberación de Alberto Fujimori sea un tema de afiebrada discusión en los hogares.

Domingo, 20 de marzo del 2022

Odiado y amado al mismo tiempo

En qué difícil situación emocional deben encontrarse algunos parlamentarios ya que, gracias al poder del voto, en el Congreso, se otorgó la cuestión de confianza al cuarto Gabinete Ministerial del gobierno del presidente Pedro Castillo. Los Congresistas fusibles o que apoyaron sin ser de la bancada de gobierno decidieron ubicarse entre el bien y el mal o prefirieron darle la mano a Dios y al diablo al mismo tiempo.

Me refiero a que gracias al apoyo de algunas bancadas parlamentarias como Somos Perú, Acción Popular, Alianza Para el Progreso y Podemos el Gabinete Ministerial que preside Aníbal Torres obtuvo el voto de confianza (64 congresistas a favor, 58 en contra y 2 abstenciones). Con lo cual se presume que Pedro Castillo logró articular una nueva coalición política y tendrá que caminar entre el odio y el amor en el parlamento. Es decir, el odio por los promotores que gritan vacancia y amor por los que necesitan conservar el empleo u otros intereses como Congresistas.

La cantidad de votos que puedes articular en el parlamento es lo que realmente define de quien gana o pierde. El gobierno del presidente Castillo tendrá algún respiro político, por algunas semanas, para intentar reducir su nivel en desaprobación que de febrero a marzo descendió de 69% a 66% según Ipsos. Algún hecho es la causa para que esa cifra no se incremente.

En la otra orilla se encuentran la oposición política que salió a las calles, el último fin de semana, pero tal parece que para activar provocar incidencia política se necesita algo más que entusiasmo de los promotores. No digo que no sirve de nada. Sin embargo, se observa que tal indignación política todavía no llega a los sectores que apoyaron a Pedro Castillo y definieron su triunfo.

En la actualidad, post pandemia, la población se volvió horizontal en términos de comunicación, ahora son emisores y receptores de mensajes al mismo tiempo. Y, ya no necesariamente obedecen al llamado de un político. Es decir, claro que saldrán a la calle, pero lo harán cuando sientan que llegó el momento de salir a protestar por sus propias convicciones o intereses, tal como lo hicieron en Chile, Ecuador, Francia o España.

Domingo, 13 de marzo del 2022