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La política, un triunfo efímero

“Ningún triunfo es eterno, y ninguna derrota es para siempre”. No cabe duda que los triunfos y fracasos en política traen consigo sentimientos encontrados. Los que ganan, festejan tanto que olvidan sus promesas y a la gente que los apoyó. Los que pierden sufren un duro revés y se retiran, pero muchos de ellos seguirán persistiendo. También hay de los que se burlan de sus adversarios que fueron derrotados.

Daniel Urresti, fue uno de los primeros en agredir y burlarse de sus adversarios políticos. Claro que él obtuvo más del 70% de los votos para “Podemos” en Lima, pero olvida que todo triunfo en política es efímero, se va rápido, porque la población así como te elige, te castiga en los siguientes procesos electorales. Entre cosas, porque el tiempo siempre es corto en política para cumplir con todo lo prometido.

De ahí que los políticos deben prepararse más  emocionalmente para cuando se alejan de la política, en lugar de hacerlo para los triunfos, porque a veces, “Dios ciega a los hombres cuando los quiere perder”, aunque ellos tercamente eligen el camino del odio y la venganza para hacer política.

De manera que, este periodo parlamentario será breve, durará poco más de un año, el tiempo apremia y no sólo tienen que demostrar trabajo, sino convencer a la ciudadanía de lo que realizan. El Perú es una sociedad con fuertes resentimientos sociales, porque la política y sobre todo los políticos la defraudaron, debido a eso es que en cada elección se produce el voto de castigo. ¡Los que triunfaron en una elección se vuelven perdedores en la siguiente!

Domingo, 23 de febrero de 2020

Negando hechos, ¿para qué?

En términos de temporalidad, el gobierno resolvió en ese mismo día una nueva crisis propiciada por ellos mismos. No era para menos, cuatro nuevos ministros tuvieron que juramentar al cargo en cuestión de horas, tiempo suficiente y mucho antes de que las salas de redacción de los principales noticieros o ediciones de prensa del día siguiente puedan preparar titulares que informen lo acontecido.

El presidente, Martín Vizcarra, y su equipo reaccionaron de inmediato antes de que la crisis se generalice y pueda llegar a oídos del ciudadano que no habla de política sino cuando ve o lea titulares de prensa. Es más, casi no dieron tiempo a adversarios políticos o a periodistas para que preparen su artillería mediática. Algunos lo intentaron, pero ya era otra la noticia.

Sin embargo, y tal como afirma el politólogo, Mario Riorda, no importa si la política sabe el camino, andando comunica igual. Incluso el silencio es comunicación. Entonces, por más que el gobierno intente negar los hechos por lo que se aceptó la renuncia de sus ministros, la abundante información sobre las pretensiones de la empresa Odebrecht para cobrar al Estado peruano 1200 millones de dólares por el caso del Gasoducto, aún no se discute a profundidad en los hogares peruanos pero será cuestión de tiempo.

Parece que hay poderes fácticos (políticos y económicos) que aplauden que no se tenga en funciones a un parlamento que haga control político. Equilibrio de poderes que la democracia necesita para su supervivencia. Sin control político, queda la libertad de expresión y de prensa para hacer su trabajo.

Domingo, 16 de febrero de 2020

La jugada de Odebrecht

Tal parece que el objetivo fue influir en la política para obtener beneficio corporativo, pero para ello se necesitaba contar con buenos distractores mediáticos. La actual demanda planteada por Odebrecht para cobrarle al Perú 1200 millones de dólares, luego de obtener varios beneficios económicos, así lo demuestran.

El escándalo de corrupción más grande en latinoamérica, fue el caso Odebrecht que explotó en el 2016. Pero después del 2017, 2018 y 2019 los peruanos se entretuvieron con sucesivos shows mediáticos (Ollanta Humala, Susana Villarán, Alan García y Keiko Fujimori entre otros, fueron los más sonados). Ocurría de todo, mientras se ganaba tiempo para la coartada legal ante cierta ingenuidad de la fiscalía Perú.

El 2019 fue clave. El poder político desde palacio de gobierno, arremetió al parlamento, gran parte del sistema de medios también enfiló su puntería y en setiembre se logró cerrar el Congreso frente al aplauso popular. Pero parece que otros aplaudieron con más fuerza. Porque ya no había control político.

Fue tiempo necesario para que luego de la distracción se arremeta contra el Estado peruano. No les había importado corromper instituciones y funcionarios, tampoco les importaría sacar ventaja a su poder económico. Creo que la actual representación del Congreso, debería demostrar su altura política, hacer control político y enfrentar a los verdaderos poderes fácticos. ¡La historia los juzgará!

Domingo, 09 de febrero de 2020

El fantasma detrás de los votos

Tal como se sospechaba, la conformación del flamante Congreso es de alta fragmentación política, cosa que seguramente dificultará a la hora ponerse de acuerdo en temas sensibles como la reforma política, judicial, blindaje parlamentario (habrá por lo menos de dos Congresistas) o la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional que ya tienen vencido su periodo de trabajo.

En el caso de la región Junín, sucede algo parecido. El fantasma de los votos nulos y blancos, en suma es cerca al 20% del total de votos emitidos. Mientras que el partido con su candidato más votado, apenas supera el 10%. Es todo un reto recuperar la confianza de un electorado que cada vez más rechaza y desconfía de los políticos.

Con tanta fragmentación política, la posibilidad de lograr consensos ya no es opcional, se vuelve una obligación política. Porque si cada quien trabajará individualmente, sin tener una agenda común en beneficio de los grandes problemas de la población, la consecuencia será el rechazo y otra vez tomará fuerza, “que se vayan todos”, porque además muchos de ellos prometieron de todo.

Que los festejos de hoy no se conviertan en episodios efímeros. Al margen de sus intereses políticos personales, esperemos que los parlamentarios ya elegidos lo comprendan de esa manera. Porque de lo contrario, el fantasma detrás de los votos (blancos y nulos) que recorre el Perú, puede tomar más fuerza y salir a las calles en las próximas elecciones.

Domingo, 02 de febrero de 2020