“Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”, expresó el Papa Juan Pablo II en 1998, tuvieron que pasar más de 16 años desde que en aquel entonces un máximo representante de la Iglesia Católica alentará nuevos tiempos para una mejor política exterior entre Cuba y Estados Unidos.
Podemos estar en desacuerdo y quizás condenar el gobierno autoritario que gobierna Cuba por más de 50 años, pero seriamos mezquinos negar al país Caribeño el importante compromiso social (para algunos es solidaridad) que tiene en salud, incluso actualmente exporta médicos.
La influencia más cercana que tenemos de Cuba en Junín es el aún presidente regional, Vladimir Cerrón Rojas y de quien podemos reconocer su mirada social que tuvo para la región, estableciendo como políticas públicas al médico de familia, al psicólogo y odontólogo por colegio, quizás con errores políticos y de gestión pero puso una agenda social.
Fidel Castro dio un giro a la historia de Cuba, seguramente con pretensiones mesiánicas tal como lo hiciera el líder comunista Chino, Deng Xiaoping, quien dio un viraje al gobierno de China a partir de 1978 y quien consideraba además, que “no importaba el color del gato, lo importante es que cace ratones”, años más tarde convirtió a China en una de las economías más grandes del mundo.
El rol del Estado en estos tiempos es dejar que la inversión privada funcioné como palanca de desarrollo, que genere empleo, que ponga recursos donde el Estado no puede, pero ahí donde el “libre mercado” no llega, ahí donde la pobreza se acentúa, es ahí donde debería llegar la mirada social de un gobernante.
Diario Correo
Domingo, 21 de diciembre de 2014