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Las ideologías todavía están vigentes

Si después de la caída del muro de Berlín (1989) se creía que el discurso político con carga ideológica era cosa del pasado. ¡Nada de eso sucedió! ¡No fue el fin de las ideologías! Todo lo contrario, están más vigentes que nunca. Lo que sucede es que muchos políticos tratan de disimular sus rasgos ideológicos para ganar una elección, pero al describir sus propuestas de gobierno se nota claramente el disimulo.

¿Hay una agenda Latinoamericana? En Argentina, regresó la coalición peronista con Cristina Kirchner. En Bolivia, Evo Morales sigue imponiendo la agenda detrás del poder. En Ecuador, el expresidente Rafael Correa respalda al candidato presidencial con muchas posibilidades de ganar. En Chile, se logrará un cambio constitucional.

¿Qué está sucediendo en Perú? El discurso de “yo no soy político” que Alberto Fujimori utilizaba como recurso pragmático de diferenciación tiene poca credibilidad. Alejandro Toledo, Ollanta Humala, y PPK siguieron el mismo libreto para ganar el proceso electoral. En la actual campaña electoral, los representantes sean de izquierda o derecha trataron de disimular sus rasgos ideológicos, pero innecesariamente los llevó a una fragmentación electoral que podría terminar en extremismos fanáticos.

Sin embargo, desde anteriores procesos electorales hay una marcada presencia ideológica en el discurso de algún sector político. Claro que se logra visibilizar con mayor fuerza los discursos de izquierda con la eterna lucha de clases. Y la derecha con el inmodificable liberalismo económico. Empero, mientras más se diga que no se representa a ninguna esquina ideológica, más se demuestra con dichos y hechos que sí pertenecen a un extremo del tablero ideológico de izquierdas o derechas. 

Domingo, 10 de abril de 2021
Diario Correo – Huancayo

Afectos, temores y resentimientos

Parece que la organización de los tres debates electorales no permitió que el elector peruano esclarezca su débil preferencia política. El formato, en modo de twitter, establecido por el Jurado Nacional de Elecciones en lugar de propiciar la explicación sucinta de programas de gobierno parecía preparada para el certero ataque y respuesta en 30 segundos. ¡Afectos, temores y resentimientos!

En realidad, los debates confirmaron la expectativa que previamente tenían los electores, entre simpatizantes y adversarios, sobre sus preferencias políticas y candidatos presidenciales. Para los simpatizantes, sus candidatos fueron los mejores y ampliamente ganaron el debate. Sin embargo, para los detractores todo lo vertido por el contrincante político fue decepcionante y merece perder la elección.

No obstante, a pocos días de la elección continúa la incertidumbre sobre quiénes pasarán a la segunda vuelta. Según el último simulacro de intención de voto de la encuestadora Datum, el que lidera las preferencias apenas supera el 12%. Lo que se puede destacar es que ninguno de los seis primeros, candidatos en las encuestas, tienen asegurado el pase a la segunda vuelta.

Ahora bien, según Durán Barba, los electores emiten su voto por afectos, temores, necesidades, resentimientos o incluso los sueños. ¿Qué caracteriza al elector peruano en estas elecciones? Sin duda, un país en vías de desarrollo, devastado por la pandemia, colapso de la economía y pérdida de confianza en los políticos sacará uno, dos o todos esos rasgos a la hora de ir a votar el domingo 11 de abril. ¡Cuidado que nada está dicho!  

Domingo, 4 de abril de 2021
Diario Correo – Huancayo

Desconfianza electoral

A estas alturas del proceso electoral aparecen encuestas para todos los gustos y colores políticos. Es cierto que lo importante de una encuesta es analizar la tendencia de los resultados, no fijarse mucho en la foto electoral del momento. Sin embargo, estamos a dos semanas del final de la contienda electoral y creo que ningún candidato o equipo de campaña debería sentirse ganadores o perdedores. ¡Desconfianza electoral!

¿Cuál es el detalle para tener prudencia? Las cifras que aparecen en los últimos resultados de intención de voto muestran que el candidato que va primero apenas alcanza el 13%. Ese porcentaje está muy por debajo de lo que ocurría años atrás (2006, 2011 y 2016). Al parecer, todavía hay millones de votos que aún no deciden su preferencia electoral y eso puede cambiar lo que hoy dan como proyección las encuestas.  

En el 2016, Keiko Fujimori obtuvo 6,115,073 de votos (39%) y Pedro Pablo Kuczynski consiguió 3,228,661 (21%) ambos pasaron a la segunda vuelta. El resultado final fue que PPK ganó obteniendo 8,596,937 votos que representó el 50.1 %. Keiko perdió la presidencia por 41,057 votos; ella había conseguido 8,555,880 votos que fue un 49.8% del total.

Ser favorito o liderar los sondeos de opinión con menos del 15% de preferencia, por ahora, no es garantía de nada. El electorado peruano ya demostró que cambia de actitud a último momento porque mantiene durante décadas una alta desconfianza por los políticos. Peor aún, la crisis sanitaria con el mal manejo de la pandemia y la debilidad institucional de política alimenta sentimientos encontrados para que persista la desconfianza electoral a la hora de decidir el voto. ¡Desconfianza electoral!

Domingo, 28 de marzo de 2021
Diario Correo – Huancayo


Ataque electoral en tiempos de pandemia

Algunos candidatos presidenciales comienzan a desesperarse y en la primera ocasión que tienen atacan a sus adversarios políticos con expresiones o frases de acrimonia. No importa adjetivar, lo importante es creer que con el agravio se debilitará al oponente y los electores cambiarán su intención de voto a su favor. ¡Eso no llega a suceder!

Los electores tienen su definición electoral con el que mejor simpatía perciben o en el que más les parece confiable. Todo depende de cuánto se conoce del candidato. Para ello se requiere conocer de su pasado, trabajo e incluso su vida personal para no tener sorpresas como la publicación del “Perfil del lagarto” que logró dar a conocer el sinuoso camino de funcionario público de Martín Vizcarra.

Para tales ataques, nada mejor que utilizar los titulares en periódicos y entrevistas radiales o en televisión. No importa si el canal elegido sea el que nadie ve o nadie lee. Después de semejante artillería verbal, las redes sociales harán su trabajo en replicar el contenido. Y si el disparo dio en el blanco, no hay duda que generará comentarios a favor o en contra en la opinión pública.

En fin, la ciudadanía quiere que los políticos resuelvan sus problemas y no que se enfrasquen en peleas o agravios desde los medios de comunicación. Un ejemplo es que, al observar, en la vía pública, alguna gresca callejera la gente no se pone a analizar quién gana o pierde la pelea. Por lo general las personas se alejan de las riñas por una reacción instintiva y cuidado que a veces se solidarizan con los que parecen débiles. Esa actitud se mantiene en tiempos de pandemia.

Domingo, 21 de marzo de 2021
Diario Correo – Huancayo