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Miente, miente que algo queda

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Fuente: Foto RPP

Lo que Joseph Goebbels, ministro de propaganda Nazi de Hitler pretendía al sobredimensionar hechos para luego magnificar su información. Y como el mismo decía, “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. En suma, tenía una clara pretensión en manipular la opinión pública de Alemania entre 1933 y 1945.

Intentar manipular a la opinión pública con fines políticos, utilizando desesperadamente propaganda y en algunos casos en complicidad con medios de comunicación (radio, televisión y otros).Empero, esta práctica, hasta cierto punto resulta ruin, que trae al recuerdo el fango mediático por el que nos sumergió a los peruanos el fujimontesinismo en los años 90. Y por supuesto, pinta de cuerpo entero al actor directo y a sus corifeos.

En tal sentido, condicionar a trabajadores para llevar amistades y familiares a la audiencia pública regional, es una práctica ya conocida por algunos gobernantes que hacen mal uso del poder. Sin embargo, los promotores engañan a sus superiores y se engañan a ellos mismos. La población ya no se deja engañar, podrán asistir a movilizaciones y quizás por obligación o a cambio de alguna promesa, pero nunca olvidarán la manipulación grosera.

Afortunadamente, gracias al desarrollo de tecnologías de información y comunicación que cada vez están más al alcance de la población, el cual permite transparentar más a las instituciones del Estado. En consecuencia, lo que se promociona en el día, las redes sociales se encargan de desmentir en minutos. Una comunicación no necesariamente es por aire y tierra.

Domingo, 25 de setiembre de 2016
Diario Correo

Uber pone en jaque a taxistas

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Se veía venir. Uber, la empresa de capitales norteamericanos con su innovador sistema de solicitud de taxi por internet hace su ingreso al libre y emergente mercado peruano. Pero no todos están contentos, ya en Lima aparecieron las primeras protestas en su contra tal como ocurrió en otras ciudades del mundo.

“El desarrollo de nuevas tecnologías va un paso adelante de las leyes”, aseguran los directivos de Uber para definir su éxito en más de 75 países. Su servicio hace uso de la tecnología a través de una aplicación (APP) que permite tener una interacción entre conductores y usuarios. Y sobre todo, los millones de clientes valoran el tiempo de espera, calidad de servicio y seguridad al momento de abordar un taxi. Quizás algo muy diferente en tiempos de inseguridad generalizada como hoy en día.

Para algunos especialistas en transporte, el servicio de taxi tradicional en el Perú es uno de los negocios más informales. En tanto, miles de taxis circulan diariamente para conseguir algún servicio; lo cual genera tráfico vehicular, gasto innecesario de combustible y miles de horas de trabajo irrecuperables.

En cierta manera, ahí donde hay informalidad e ineficacia del Estado existe una oportunidad para desarrollar mercados y por ende crear nuevas formas de trabajo en base a la tecnología. A nuestros amigos taxistas les queda cambiar de actitud e innovar o desaparecerán del mercado. Va lo mismo para otras ocupaciones y profesiones.

Domingo, 19 de setiembre de 2016
Diario Correo

Búhos, topos y ratas

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Hace algunos años por motivos de trabajo conocí a un rector de una universidad en Huánuco. El inteligente y carismático académico, comentaba a su grupo anfitrión que en su equipo de trabajo de su organización identificaba claramente a tres niveles de colaboradores; los búhos, topos y ratas.

Los búhos, son aquellos colaboradores que por su propia personalidad tienden a ser analíticos, reflexivos e incluso conspiradores de escritorio. Se trata de los que intentan llevar la teoría a la práctica. En el caso de los “topos”, se trata de aquellos trabajadores eminentemente operativos, son los que laboran como hormigas y están atentos al más mínimo encargo de sus superiores. Para bien o para mal su trabajo determina resultados concretos.

Finalmente, nuestro amigo rector citó a las “ratas”, aquellos personajes que por lo general se les encarga el trabajo que nadie quiere hacer. Su propia naturaleza determina sus habilidades en su trabajo y por ende, una percepción un tanto negativa. Total, no se puede pedir a una serpiente que no muerda.

Concluyó su intervención, recordando que en una oportunidad de reunión de trabajo con sus colaboradores, situación en donde todos opinaban de todo y nada sobre el tema en cuestión para llegar a una conclusión sobre el tema. Puntualizó; “para búho vasto yo”. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Domingo, 11 de setiembre de 2016
Diario Correo

Juan Gabriel y Oscar Wilde

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“Amar no es un delito, porque hasta Dios amó” (El Plebeyo). Hace unos días dejó de latir el corazón de uno de los más grandes compositores y cantautores de música de habla hispana, el Divo de Juárez, Juan Gabriel. Hoy, millones de latinoamericanos lloran por su muerte, y es que interpretar sus letras en cada canción provoca que su presencia aún este con nosotros.

Pero existe alguien que llora más que nadie su partida. Jas Devael, joven de origen español que el mismo Juan Gabriel se encargó por formarlo en su propia casa durante años para intérprete musical. La prensa internacional, siempre especuló de la existencia de una relación muy especial. «Un amigo es para siempre, un amor como tú es eterno. Te amé, te amo y te voy a amar siempre. Tu consentido”. Así escribió por redes sociales el joven cantante.

Y también, una de las más grandes tragedias románticas criticadas en el mundo, fue la del famoso escritor inglés, Oscar Wilde (“El retrato de Dorian Gray”). Antes de morir en Paris (1900), estuvo en prisión durante dos años, su delito, fue mantener una estrecha relación con jóvenes, entre ellos Lord Alfred Douglas (Bosie), joven que quería ser escritor y a quien inculcaba su formación.

Tanto Oscar Wilde como Juan Gabriel, fueron prisioneros de su época, amaron con devoción y quizás con desesperación en medio de una sociedad que miraba con desdén sus excentricidades. Ambos vivieron a plenitud, uno estuvo preso y murió pobre, el otro también estuvo en prisión pero no murió en pobreza. Total, “lo que se ve no se pregunta” y amar es un derecho y no todos llegan a amar de verdad. Así fue……

Domingo, 04 de setiembre de 2016
Diario Correo