Inicio Blog Página 127

El tráfico político en el Perú

Para el presidente Ollanta Humala, liderar los destinos de un país se asemeja a la conducción de una “combi”, con esta expresión, nos da una muestra de sus credenciales en cuanto a formación política, y peor aún, a su análisis y compresión de lo que es realmente hacer política, la misma que es considerada como el gran instrumento de búsqueda del bien común. Lejos estaría de reflexiones de un corte mucho más estadista a nivel de gobernabilidad.

La cultura combi, que hace manifiesto el presidente, también recrea, el caos que existe en nuestra fauna política, como el caso de los parlamentarios que se fueron de la propia bancada nacionalista (argumentan incomprensión, deslealtad e incoherencia), se van sin el más mínimo decoro institucional, para luego intentar ganar notoriedad al contar su drama político.

Quizás, como no hay otra opción y la necesidad de llegar a nuestro destino es imperiosa, abordamos una combi e indirectamente se da el consentimiento para que el cobrador y conductor, hagan lo que les dé la gana con las reglas de tránsito para llegar al próximo paradero, incluso al costo de exponer la vida de los pasajeros.

Desafortunadamente, millones de peruanos aún tenemos que transportarnos en una combi. Por nuestra propia seguridad y futuro, ello no implica que tengamos que elegir a nuestro próximo presidente, a alguien que nos recuerde a viva voz el pésimo servicio que brinda y que encima insulte a pasajeros que prefieren irse a otro vehículo al ver los compromisos incumplidos. Todo a consecuencia de una precaria institucionalidad a nivel de partidos políticos.

Domingo, 01 de noviembre de 2015

Populismo por naturaleza

Tal parece que el gobernador regional de Junín, sin mucho esfuerzo es el centro de atención de la opinión pública. No es el tipo de gestión que realiza, es el populismo desmedido que ejecuta, renunciando (quizás por cálculo político) a la talla de gobernante que debería denostar y que la región Junín exige, por lo menos, responder de manera responsable a los que le dieron su confianza a través de su voto.

Anunciar publicitariamente un programa de “farmacias gratis”, realizar pomposos shows mediáticos, planificar una audiencia regional en el día de su cumpleaños y en el mismo lugar para comprometer convocatoria entrega de “Bicicletas” (de un programa nacional del MINEDU). Por decirlo menos, es una característica que debiera desterrarse de nuestro electorado, que a cambio de alguna dadiva, entregan su voto. Salvo una mejor educación, creo que nada nos salvará de seguir teniendo políticos que llevan al populismo por naturaleza.

Como bien describe, Gloria Álvarez en el manual del populista; “el populista divide a la sociedad con odio, elimina del legislativo cualquier oposición, compra jueces para evitar juicios y castigo, amplia la burocracia estatal, reforma la constitución, pone límites a la propiedad privada, elimina la libertad de prensa y de expresión”, entre otros. Cualquier parecido con la realidad, pura coincidencia. ¿Ustedes que opinan?

Con brillante acierto, la joven politóloga de Guatemala pone en agenda internacional que el actual populismo ya no es propio de ideologías, donde se desmantela instituciones y los gobernantes cada vez más aspiran a competir con Santa Claus. ÉL es el único bueno, bondadoso y salvador, el resto no.

Domingo, 25 de octubre de 2015

¿Para qué sirve un movimiento político?

Heduardicidio 17-10-2015
Lo que el caricaturista “Eduardo” recrea en uno de sus gráficos sobre ¿quién será el próximo en renunciar al nacionalismo, Ollanta o Nadine? En cuya respuesta ensaya: “todo indica que renunciarán juntos”. Eduardo, con el talento que lo caracteriza resume cuan débil son nuestras instituciones políticas y de qué manera es más fácil ingresar o salir de ellas.

Sin duda, la reciente renuncia de las filas del nacionalismo de Marisol Espinoza demuestra cómo puede terminar una aventura política. Al parecer, para lo único que puede servir es para convertir en administradores pasajeros del Estado a sus fundadores, para luego al advertir que el barco se hunde, buscar un buen recaudo se vuelve una necesidad de sobrevivencia.

Llegan con el supuesto discurso de anti política para caer en los mismos vicios (según ellos de los partidos tradicionales), ingresan y salen de sus movimientos para luego aparecer en la siguiente campaña electoral vistiendo otra camiseta. Estar inmerso en actividad política, supone un largo camino de resistencia, de acumulación de fuerza organizativa a través de un ideario. El relativo reconocimiento y éxito político no es lanzar una moneda al aire para ver que sale cada día.

Como describe, Nicolas Naim, “el poder es cada vez más fácil de obtener, más difícil de usar y más fácil de perder”. Nunca tendremos un mejor gobierno sino tenemos mejores partidos y aceptar que el juego de las contradicciones es una cuestión de desarrollo y tolerancia, de lo contrario para qué se ingresa a hacer política.

Domingo, 18 de octubre de 2015

Hay que cerrarle el paso al populismo

¿Política de gobierno o política de Estado? Una muestra de qué manera se echa por la borda una política de gobierno se da en Sangani (Chanchamayo), donde actualmente están abandonados los módulos del programa médicos de familia, de la gestión anterior de Vladimir Cerrón. En Justicia Paz y Vida (Huancayo) ocurre lo mismo, pudiendo dar atención en salud a miles de pobladores. Millones de inversión al olvido.

Lo mismo sucedió con programas sociales como el PICET y PROSAN de Vladimiro Huaroc que procuraba atender a niños menores de tres años para estimulación temprana y mejorar sus prácticas alimenticias, especialmente de familias que viven en zonas rurales. Ahí donde el modelo económico nunca llega.

Algunos políticos cuestionan el modelo económico (libre mercado). Pero justamente, son los mismos políticos ya como autoridades, los responsables de que miles de familias sean “excluidas” del sistema, generando insatisfacción y que el Estado, simplemente no existe.

Una forma de dar continuidad a una política de gobierno se da en Lima. Luis Castañeda crea el hospital de la solidaridad para atender a diversos sectores de la población. El modelo de salud funcionó bien que incluso Susana Villarán no se atrevió a cerrarlo.

En la construcción de una auténtica política de Estado, que debería partir desde el gobierno central en áreas sociales como salud, alimentación y educación debiera existir un mínimo de “consenso gubernamental” (local – regional) para cerrar el paso a la improvisación desmedida y al populismo mediático. “El populismo ama tanto a los pobres que los multiplica”.

Domingo, 11 de octubre de 2015