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Certidumbre política

Durante muchas décadas en nuestro país y gran parte de Latinoamérica, las movilizaciones políticas se desarrollaban básicamente a través del contacto directo que los activistas políticos propiciaban. Se trataba de organizar reuniones de trabajo junto a líderes de organizaciones civiles para recoger preocupaciones de la población y así proponer una agenda política. Todo este despliegue servía actividad táctica para un candidato presidencial, gobernador o alcalde.  

Los políticos que consiguieron el poder en algún nivel de gobierno saben bien como organizar una agenda política, algunas veces acertaron y tuvieron la confianza de la población para continuar en su carrera política. Porque entre otras cosas si ellos no lo organizaban, sin duda lo harían sus adversarios. Sin embargo, después de la pandemia del Covid – 19, todo cambiará y los escenarios serán distintos en el futuro. 

Las promesas electorales nunca faltarán, lo cual será toda una tentación desde izquierdas a derechas. El escritor, Oscar Wilde, afirmaba que la única forma de librarse de una tentación es ceder a ella. Tampoco faltarán los extremadamente populistas que prometerán un paraíso o desvestir a un santo para vestir a otro.   

Lo importante es que la futura agenda política tenga alta dosis de certidumbre. Diferentes problemas como la salud, economía y educación están en crisis y sus efectos serán devastadores. Por lo que se necesita reducir esa incertidumbre del electorado. ¿Cómo lograrlo? Ahí el desafío de los que se atreven a ingresar y tener presencia política.

Domingo, 02 de agosto de 2020

No es el virus, es salud y comunicación

A más de cuatro meses de emergencia sanitaria, a causa de la pandemia del Covid – 19, ya podemos describir algunas circunstancias a modo de aprendizaje. Se sabe que el uso de mascarillas y distanciamiento social reduce la posibilidad de contagio. Además, que la sintomatología del virus es propia de una gripe y que lo importante es evitar llegar a una neumonía.

Sin embargo, el gobierno central en determinado momento responsabilizó a la población por no acatar las disposiciones legales como el de “cuarentena”; en tanto la población desesperada por salir a trabajar soslayó recomendaciones y hoy vemos consecuencias. Tampoco nunca hubo estrategia de comunicación de riesgo y crisis.

Los gobiernos regionales demostraron debilidades en el manejo de salud. Lo ocurrido en la región Arequipa es muestra de lo mal que se manejó la crisis. En la región Junín, los hospitales del MINSA y de Essalud ya colapsaron por lo que se necesita intervención desde el gobierno central. Es evidente que la estrategia sanitaria no está dando resultados favorables por lo que necesitamos un cambio de rumbo para contener la tragedia.

¿Y dónde queda la comunicación? Estoy seguro que nuevas políticas públicas de salud muy bien comunicadas, que respondan a una estrategia de comunicación, utilizando tácticamente la radio, diarios, televisión y digital (comunicación directa) podrían modificar nuestros patrones de conducta para una cultura preventiva de salud. ¡No es el virus, es salud y comunicación! Tampoco se trata de hacer más publicidad; es comunicación de gobierno.

Domingo, 26 de julio de 2020

Al final de izquierdas o derechas

Es muy frecuente oír a aspirantes a la política, de todo nivel de gobierno, tener como argumento de sintonización electoral que no pertenecen o forman parte de la política tradicional. La opinión pública ya decepcionada de sus gobernantes con sesgo ideológico cae sobre el anzuelo mediático y se termina por aplaudir al populismo aventurero.

Sin embargo, cuando los políticos ya sentados en el poder se olvidan del discurso no ideológico porque la realidad es más poderosa que sus discursos de campaña. Mientras tanto sus electores conceden un periodo de gracia electoral para perdonar por el retraso de promesas que quizás nunca llegarán como lo prometido con el gas a doce soles en el régimen de Ollanta Humala.

El fracaso político del actual gobierno de Martín Vizcarra, también así lo demuestra. El Perú tiene un presidente en actividad sin bancada parlamentaria, sin movimiento o partido político que sea como un muro de contención social o capital político que responda a un programa de gobierno. Nada de eso hay. Se prefirió tener popularidad mediática antes que eficacia de gobierno.

Sin duda, la designación del nuevo presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano, serviría para enviar señales al ecosistema político. La derecha peruana recibe con aplausos; mientras que la izquierda tiene sus reparos. Los sectores con discurso de no pertenecer a la política tradicional tienen su propia agenda electoral; aunque muchos de ellos podrán tener un discurso para ganar elecciones, pero finalmente al llegar al gobierno se alinean a los ejes ideológicos de izquierdas o derechas.

Domingo, 19 de julio de 2020

¡Cuidado con discursos populistas!

En las calles, miles de comerciantes informales salen para intentar vender algún producto. Ya no importa mucho si se está o no en estado de emergencia o cuarentena; lo importante es llevar algo a casa.  Pero el riesgo es alto en se tipo de comercio ambulatorio, y es muy probable que esa sea la causa para que a los peruanos les cueste mucho salir airosos de la pandemia del coronavirus. Estar ubicados en la quinta posición a nivel mundial de contagios es un dato concreto que no debería soslayarse.

No solo es buscar culpabilidad, que seguramente lo habrá. Pero sin duda el problema es más complejo de lo que parece. La política se cae a pedazos de la mano de sus políticas públicas y de la inmensa burocracia del Estado con sus gobernantes a nivel nacional, regional y local ya sin mucho oxígeno político para contener esta catástrofe.

¡Cuidado! El terreno electoral podría estar fértil. La amenaza del discurso populista deja abierta la posibilidad para que tome ventaja en la forma de hacer política. Saldarán a las calles para dividir y enfrentar a los peruanos. Llenarán de odio para llamar la atención en un electorado altamente emocional. Muestra de ello es lo que ocurrió hace unos días en el parlamento.

Los parlamentarios están tan desesperados por llamar la atención que olvidan la construcción de consensos políticos que es la base para una gobernabilidad democrática con visión de futuro. ¿Hacia dónde iremos?

Domingo, 12 de julio de 2020