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Reconversión laboral

Todo parece indicar, el próximo domingo 26 de abril, terminará la restricción a algunas de las libertades que los peruanos tenemos en estos momentos.

La medida impuesta por el gobierno central, aparentemente permitió que la onda expansiva de contagios por el coronavirus, no fuera tan brutal. Y no termine por colapsar nuestros sistemas de salud.

El tiempo, el número de infectados y muertes explicarán si las decisiones de gobierno fueron o no las más adecuadas. Sin embargo, tenemos que aprender de lo que acontece y de hecho, redefinir nuestros objetivos laborales en la posibilidad de reconvertir nuestra forma de trabajar.

¡Quizás nada volverá a ser como lo era! ¿Ustedes se imaginan qué habría sentido el cochero de un carruaje a caballo al enterarse de la aparición de los primeros vehículos a motor?

Teresa Pintado, nos dice en su libro “Nuevas tendencias en comunicación estratégica” que más que incorporar las redes sociales al seno de las organizaciones, las preocupaciones deberían centrarse en reinventarse al servicio de las nuevas demandas de comunicación, expresión y participación. Y puntualiza que la tecnología no pasa de ser una herramienta.

Las organizaciones públicas y privadas están obligadas a evolucionar en su forma de trabajo. Si en algún momento el facebook o youtube eran utilizadas como plataformas de distracción o algo opcional, hoy tiene que volcarse la mirada para utilizar esas mismas herramientas de tecnología, información y comunicación para volvernos mucho más productivos de lo que éramos.

Domingo, 19 de abril de 2020

No podemos ocultarnos todo el tiempo

Al momento de escribir estas líneas,  en el Perú, el gobierno había anunciado que se incrementó considerablemente a 6848 infectados y 181 fallecidos a causa del coronavirus.

Muy a pesar que vivimos con algunas libertades restringidas, las cifras no parecen ser muy alentadoras; aunque el gobierno insiste en que todo está dentro de lo previsto. Esperemos que así sea.

Naturalmente, no a todos puede alcanzar los alimentos y tampoco el dinero ahorrado para demasiados días.

Veo en los peruanos, la impaciencia por salir a trabajar. El trabajo propio fue y será el motor para salir adelante y que dignificó sus vidas. Pero, por un lado, están los que con un trabajo seguro pueden ir y comprar para toda una semana a más; pero en el otro extremo están los que tienen que estirar el poco presupuesto para alimentar a sus familias.

Es muy probable que el gobierno ya está evaluando cuáles serán las políticas públicas de salubridad y también económicas para cuando la “cuarentena” culmine este 26 de abril. ¡Eso esperamos! Admito que muchos creíamos que la cifra disminuiría con el pasar de los días, pero tal parece que será todo lo contrario y aumentará la incertidumbre.

Sin embargo, creo que no podemos ocultarnos todo el tiempo del coronavirus. Tenemos que volver progresivamente a nuestras actividades habituales, eso sí, tomando las precauciones sanitarias. No veo otra salida. De lo contrario, los problemas económicos y sociales podrían ser aún más catastróficos para nuestra tranquilidad. ¡Sin dinero y sin salud! Dios nos acompañe.

Domingo, 12 de abril de 2020

Traición a la patria en crisis sanitaria

En 1867, el gobierno del Perú firmó un contrato con la empresa, Alexander Swit & Cia para la compra de dos monitores; Manco Cápac y Atahualpa que pertenecían al gobierno de estados Unidos. Todo parecía estar en conformidad, salvo por un detalle. El parlamento de los norteamericanos recién decidió firmar la venda de las embarcaciones recién en febrero de 1868. ¿Qué sucedió? ¿Por qué el gobierno de Manuel Ignacio Prado firmó un contrato si todavía no se
fijaba el precio y la forma de venta desde EE.UU.?

Lo que aparentemente sucedió, tal como se describe en el libro, “El expediente Prado” de Víctor Andrés García Belaunde, es que se sobrevaluó el costo de la compra, porque el gobierno norteamericano había dispuesto el precio de venta por 755 mil pesos, pero el contrato se suscribió cinco meses antes con el gobierno del Perú por dos millones de pesos. Lo peor, fue que fueron naves construías especialmente para navegar en ríos en clara desventaja con la flota Chilena.

¿A qué viene todo este relato? Es que nos permite conocer desde las mismas entrañas de nuestra historia, las estructuras sociales de corrupción que desde la política heredamos los peruanos. Y quizás por ese sistema social de corrupción es que los políticos se atreven a corromperse en plena crisis sanitaria como lo que podría suceder en el Perú.

Y tal como lo que aparentemente estaba por suceder con la compra de alimentos en el caso del distrito de Chilca y la provincia de Huancayo. Afortunadamente, en democracia y con una prensa libre se puede desenmascarar a tiempo este tipo de felonías que deberían ser considerados como traición a la patria.

Domingo, 05 de abril de 2020

¿Y después del 12 de abril?

Finalmente, el gobierno determinó que los peruanos deberían continuar con ciertas restricciones de libertad y quedarse en casa por quince días más. Aparentemente, la medida de “manu militari” es acatada por la gran parte de la población, pero no en su totalidad. Lo cierto es que el espíritu criollo de la población que no depende de un salario mensual, sale a la calle a realizar algún comercio y visibiliza el reto de autoridad que pretende imponer el gobierno central.

En días recientes, muy cerca a los principales mercados numerosos comerciantes salieron a las calles para vender productos comestibles. Las calles y veredas parecían no estar en “cuarentena”. Seguramente, la gente salió a comprar lo necesario para mantener llena la refrigeradora y aumentó la demanda de alimentos.

Pero de pronto, el desorden y el “distanciamiento social” que debería ser exigencia quedan a voluntad personal. Es totalmente comprensible, la gente comienza a impacientarse cuando se acaba los alimentos en casa y tiene que trabajar diariamente para llevar dinero a casa. En el Perú, más del 70% de los peruanos forman parte del empleo informal y no disponen necesariamente de una remuneración mensual.

Mirando el bosque y no el árbol, nos preguntamos, ¿qué sucederá después del doce de abril? Se ampliará la medida de emergencia para quedarse en casa. ¿Cómo será la vida después de ciertas restricciones de libertad? Tal parece, que nada será igual a como vivíamos hasta hace algunas semanas. El otro gran problema será enfrentar la catástrofe económica que se producirá y que incluso podría traer más víctimas que una pandemia.

Domingo, 29 de marzo de 2020